El primer cuadro es "Narciso" por Caravaggio (1595).
El segundo es "Mujer vieja en el espejo" por Bernardo Strozzi (1600).
He tomado como punto de partida el mito de Narciso del que hablamos en clase hace unos días. A grandes rasgos, el mito nos dice que Narciso se enamora de su imagen reflejada en el agua de un estanque, y que muere presa de su vanidad, contemplando su propio reflejo, incapaz de apartar la mirada.
El progreso tecnológico a cambiado muchos aspectos de nuestra vida y ha modificado nuestra forma de ver el mundo y de vernos a nosotros mismos. Internet proporciona un nuevo entorno donde nacen nuevas formas de relacionarse y comunicarse: las llamadas redes sociales de Facebook y Myspace, o los mundos virtuales tridimensionales de Second Life, por poner algún ejemplo. Estas herramientas nos permiten construir una identidad virtual a nuestro gusto, haciendo que podamos ser quien queramos y cumplir el rol que queramos, pudiendo inventar personajes o avatares cuyo objetivo es encajar dentro de una comunidad (virtual) determinada.
Esto quiere decir, que una persona sin éxito social en el mundo real, puede ser alguien importante dentro de una comunidad virtual, porque su perfil o personaje ha sido creado para cumplir con las expectativas que dicha comunidad espera de él (de un gótico se espera que vista de negro y lleve tatuajes, de un empresario que tenga un Rolex y conduzca un Audi, etc.).
El mundo virtual en el que se desenvuelven todas estas relaciones es efímero, manipulado y distorsionado, corremos el peligro de enamorarnos de nuestro pixelizado reflejo y, como Narciso, no ser capaces de apartar la mirada de él.
La verdad es que está obra me gusto mucho en cuanto la ví. Creo que es bastante clara y sencilla, por eso creo que es tan buena se reflejan con pixeles que es de las cosas más digitales que conocemos, frente a un espejo que es la pura analogía.
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