Este es un claro ejemplo de la incursión de la tecnología en los aspectos más cotidianos de nuestras vidas mediante la introducción de dispositivos digitales para realizar actividades típicamente humanas como es la de las cajeras de un supermercado. Ya no hace falta comprobar el cambio, ya que nosotros nos lo guisamos y nos lo comemos.
Estamos acostumbrados a ello en cierto sentido, como a los peajes automáticos, pero en este caso se camuflan los verdaderos intereses empresariales, ofreciendo una imagen de tecnología y modernidad, que en el fondo no es más que un beneficio económico para ellos al ahorrarse los sueldos de los miles de empleados a los que reemplazan y reemplazarán estas nuevas "amigas". Tecnología al servicio del capitalismo.
martes, 10 de noviembre de 2009
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