
Estamos acostumbrados a ello en cierto sentido, como a los peajes automáticos, pero en este caso se camuflan los verdaderos intereses empresariales, ofreciendo una imagen de tecnología y modernidad, que en el fondo no es más que un beneficio económico para ellos al ahorrarse los sueldos de los miles de empleados a los que reemplazan y reemplazarán estas nuevas "amigas". Tecnología al servicio del capitalismo.
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